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26 nov 2013

Empedrados decorativos

Atalaya Camerana. Canto Hincado. Almanaque del Camero Viejo.

Felpudos empedrados decorativos 

en San Román de Cameros 

Una de las particularidades que caracterizan a los empedrados de los últimos años en San Román de Cameros son los felpudos de las entradas de las casas. Se trata de pequeños espacios empedrados con piedras pequeñas de colores que aportan una sorpresa más a la sorpresa que ya causan los empedrados en sí mismos, por ser diferentes a todo lo que se había visto y conocido en la Sierra del Camero Viejo.

Felpudos con empedrados decorativos de la Plaza del Olmo

En la Plaza del Olmo se emplearon para los felpudos, sobre todo, motivos florales, dada la ausencia de flora en todo el entorno. 

 Felpudos con una hoja de roble y un árbol

Felpudos con una rama de espliego y una maceta con unas flores rojas

Una clave de sol

Felpudos con empedrados decorativos del Barrio de Cantarranas

 En el Barrio de Cantarranas se comenzó aportando aspectos de Geometría Sagrada en la calle de acceso, para pasar a representar motivos bien naturales, bien de representación de los habitantes de las casas.


 Felpudos con la espiral del Ciclo de Fibonacci y de un fractal del copo de nieve 

 Felpudos con la Luna y al Sol y un laberinto de incertidumbre, sin principio ni fin

 Una piedra de molino en la casa del molinero y un yunque en la casa del herrero

 Felpudos con motivos florales en las casas con los balcones más floridos

 Una ramita de espliego en la casa del escriñero y una doble espiral en un espacio difícil...

Felpudos con empedrados decorativos del Barrio de la Cava

Motivos animales: un pajarillo en la rama y la silueta de un caballo

Un caracol y un sol

Un motivo floral céltico cántabro y un corazón  

Motivos florales: Una flor geométrica de cuatro pétalos y una flor artística 
 Una flor y la cabeza de una vaca

- Cómo hacer un empedrado decorativo -

La fábrica de un empedrado decorativo consiste en la composición de un dibujo mediante piedras pequeñas en un espacio reducido plano (1m x 1m aprox.). En primer lugar se delimita el espacio, que suele corresponderse con el marco de la puerta de la entrada de la vivienda. En este espacio se prepara en primer lugar el marco elegido en el suelo mediante piedras más grandes con mortero humedecido, para que establezca los niveles deseados una vez seco. 

No se debe olvidar que el fin último que queremos conseguir es que el agua de lluvia no invada la vivienda. Por ello, el nivel del marco de piedras interior debe ser más alto que el exterior, y si la vivienda está en cuesta, se deberá seguir respetando el nivel que mande ésta. De ahí que en función de todos estos factores, puede resultar que el resultado no sea un plano en realidad, pero una vez que se rellene el espacio de piedras y se macee entre los listones de los marcos se conseguirá disimular esa sensación.


Una vez preparado el espacio, se rellena el interior de mortero en seco, bien sea cemento y arena, o bien cal hidráulica y arena. La arena es mejor caliza, y a ser posible cribada, para que sea más fino el resultado. Se alisa todo el espacio sin apretar, suavemente, para poder dibujar sobre él el motivo a realizar. Una vez centrado el dibujo se dispone a rellenar de piedras pequeñas. Para que el dibujo destaque, hay que jugar con los contrarios, esto es, que en función de la geometría o no resultante que se desee, el relleno del motivo tendrá que sorprender para destacar sobre el resto. 

La elección de las piedras es lo más trabajoso y pesado. Deben ser pequeñas, pero profundas a su vez, de forma que la cara que se vea sea lisa. Todas tienen su utilidad, ya que estamos hablando de un espacio reducido en el que los espacios entre las piedras no son grandes nunca. Las piedras no se deben hundir, pues se perderían los niveles y haría balsa en el dibujo, así es que queda un poco abombado hacia el centro, lo cual es normal. Una vez relleno todo el espacio de piedras, se puede quitar mortero sobrante, ya que todo junto ocupa demasiado y es molesto para trabajar. Al estar el mortero seco, se pueden modificar las posiciones de las piedras sin problema. 

En este punto comienza el maceo del espacio con ayuda de un listón de madera macizo, lo suficientemente fuerte como para que no se doble y lo suficientemente largo como para que llegue a los listones del marco y no se pierdan los niveles. Se nivela en todos los sentidos establecidos por los niveles, y se va eliminando el mortero que va sobrando, ya que impide el nivelado. Puede suceder que el mortero siga siendo demasiado, entonces habrá que quitar alguna piedra y sacar el mortero con cuidado por el hueco, y volver a poner las piedras. También puede suceder que se te haya subido demasiado el dibujo, y esté tan abombado que lo que sobran son piedras... Todo ello hay que sopesarlo observando lo que sea más conveniente. 

Una vez nivelado el espacio, se barre la superficie de las piedras con una escoba muy fina, dejando que se vea nada más que la superficie de las piedras. Si al barrer quedan huecos, se echa mortero y se vuelve a macear para que se rellenen esos huecos. Finalmente, se utiliza una sulfatadora con agua y se coloca en la posición que más fina salga el agua, como una nube de lluvia, y se va limpiando la superficie de todas las piedras y de todo el espacio, sin encharcarlo. Esta operación se repite hasta que se vea que está saturado de agua. (El agua necesaria siempre va en función proporcional a la cantidad de mortero empleado).



Francisco Javier García Pérez